Las lacas o barnices de acabado de un mueble, tiene como fin darle un aspecto agradable, al mismo tiempo que protege la madera contra la suciedad, el deterioro y las agresiones externas (humedad, productos químicos domésticos, etc.)
Por tanto esta laca para madera cumple como acabado una doble finalidad si bien la más valorada por los fabricantes y compradores del mueble es la primera, la de mejorar el aspecto de la madera, su tacto, color, y apariencia.
La de protección de la madera es menos valorada en el aspecto económico (siempre se aprecia más lo bello que lo útil), pero no por eso es menos importante.
Si queremos que un mueble tenga duración y se conserve con la apariencia del primer día, hay que darle un buen acabado. Además el buen acabado facilita no solo la conservación estética, sino la limpieza, así como la calidad del soporte (madera en la mayor parte de los casos). El barniz de acabado es la fase del proceso de barnizado del mueble donde podemos jugar también con los sentidos y con la apreciación subjetiva del que lo vaya a utilizar. Debido a que podemos utilizar barnices acabados con diferentes grados de brillo, diferentes tacto y sedosidad y diferentes texturas según el efecto que deseemos transmitir a nuestro mueble.